Allende La Paz, Cambio Total.
Ha habido una interrelacionalidad entre el Terrorismo de Estado –cuyo origen
está en la DSN y la DCBI- y los planes militares recetados por el imperio
estadounidense.
El gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) no fue la excepción. El 7 de enero
de 1999 se iniciaron oficialmente los diálogos entre el gobierno Pastrana y las
FARC-EP en –aparente- búsqueda de una salida política al Conflicto Interno. Las
fuerzas militares-narcoparamilitares venían durante el gobierno de Ernesto
Samper cargando una serie de golpes militares propinados por las FARC-EP. El
gobierno necesitaba ganar tiempo a fin
de realizar una re-ingeniería de sus tropas, las cuales acusaban una
desmoralización creciente. por los golpes recibidos.
En razón de ello, se aceptaron las condiciones exigidas por la guerrilla de
despejar 42.000 kilometros cuadrados totalmente de personal militar, pero el
gobierno seguía jugándose la baza de la guerra contrainsurgente recetada por la
DSN y sus sucedáneas.
Las violaciones de derechos humanos eran pan diario y el macabro plan se
adelantaba cometiendo masacres, ejecuciones extrajudiciales, desaparicones y
desplazamiento forzoso -a pesar de la exigencia de las FARC de discutir el punto del paramilitarismo-, al punto que ya en el inicio de este gobierno se dió un
crecimiento exponencial de la práctica criminal contra la población civil no
inmiscuída en el conflicto, la que sin embargo sufría la aplicación del
principio de « secarle el agua al pez ».
A pesar de la incompletitud de las cifras que manejamos en Anncol y Cambio
Total, la sumatoria de las violaciones de los derechos humanos arrojaba una
cifra que daba escalofríos al reportar casi 30.000 víctimas mortales. Es de
señalar también que durante el gobierno Pastrana se inició en el año 2000 el
llamado Plan Colombia y la intromisión directa de militares estadounidenses en
el conflicto interno.
Tal Plan Colombia resultó en la profundización de la guerra en Colombia y
la degradación del conflicto corría de parte de las fuerzas
militares-narcoparamilitares, al tiempo que una vez conseguida la re-ingeniería
de las tropas se procedió a « patear la Mesa » y se siguió aplicando
el mismo modelo de Terrorismo de Estado, es decir, el modelo de exclusión en
los ámbitos económicos, políticos, sociales y culturales.
El terror estatal adelantado contra la población civil alcanzó uno de sus
picos más altos, al punto que el llamado Plan Thanatos de re-conquista del
Caguán contó con la presencia directa de militares estadounidenses y los
narco-paramilitares usados para cometer las más espantosas violaciones de
derechos humanos fueron entrenados en las bases militares de Tres Esquinas y
Larandia comandadas por estadounidenses
del Comando Sur (VER : Colombia, Laboratorio de embrujos, Calvo Ospina, página
279).
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